Santuario CBD CBD recibió este testimonio de un tolerante canadiense de cannabis medicinal:
En 2008, padecí un ataque mientras que tomaba numerosos fármacos distintas, en parte importante gracias a las pérdidas minerales socias con la administración excesiva de acetato de cortisona, una hormona esteroide suprarrenal. Este fármaco se administró como una parte de un emprendimiento de remplazo de hormonas suprarrenales adjuntado con numerosos otros fármacos. He pasado los últimos diez años peleando contra las secuelas fatales de esa mala reacción.
La convulsión me dejó traumado sicológica y físicamente. Los músculos cerca de mis oídos acabaron pellizcando los nervios; había asimetría en mi cuello y una rápida presión de rotación en mi leño cerebral; y desarrollé trismo refractario severo: algún movimiento de la mandíbula, así sea por comer, masticar o bien rechinar, me generaba un mal profundo en el cuello. El mal era horrendo, persistente y fluctuaba brutalmente.
Ninguno de los fármacos que me recetaron logró nada para tocar el mal.
Probé una diversidad de calmantes no narcóticos, incluidos anticonvulsivos y antiespasmódicos. Empecé con gabapentina en 2009 y lo dejé rápidamente en el momento en que desarrollé una íra, depresión y también ideas autodestructibles que conminaban mi vida. Después tomé Tylenol y Arthrotec a lo largo de ocho años, mas estos fármacos tampoco consiguieron sostener distanciado el mal y mis problemas médicos mental empeoraron. Las cosas se pusieron tan mal que tomé una sobredosis de dos de los calmantes gracias a la furia y la desesperación por su ineficacia.
La razón por la cual estos fármacos no funcionaron no es obvia para mí, aunque sospecho que tiene la posibilidad de tener algo que ver con una deficiencia dietética de potasio, que se agota por la utilización crónico de calmantes no narcóticos. Aún de este modo, pienso que la mayor parte de los fármacos no cannabinoides solo juegan con el cuerpo y de todos modos empeoran las cosas al no emprender los inconvenientes latentes.
A lo largo de diez años, tuve un espasmo persistente en el cuello (torticolis) que no desaparecía hasta el momento en que empecé a utilizar una combinación de artículos de cannabis. Pienso que las moléculas de cannabinoides, el tetrahidrocannabinol ( THC ) y el cannabidiol ( CBD ), asistieron de enorme manera al cortar las respuestas inquietas, que pienso que jugaron un papel en mi torticolis.
Para por último dejar en libertad mi mandíbula y calmar la presión sobre los nervios y músculos de mi cuello, utilicé una combinación de cannabis fumable y aceites ricos en CBD . En todo el día, tomé 5 mg de THC y CBD en un aceite 1: 1 en muchas dosis divididas , y al final me llevó a un espacio donde en este momento puedo mencionar que no tengo mal. Me permitió seguir y trabajar de una forma que no había visto en años.
No estoy seguro de estar 100% curado, mas afirmaré que estoy en un 90% en sendero de no reflexionar en eso. Fué un viaje larguísimo y bien difícil, mas tengo la promesa de lograr realizar adelantos complementarios hacia el empleo y la independencia financiera.
Los cannabinoides salvaron mi cordura y mi calidad de vida.
Gracias por oír mi historia y por el trabajo que hacen.
Dennis Sloane, de 38 años, se graduó de la Facultad de Manitoba.
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